Este es un artículo que me llegá a mi correo; es largo pero presenta una perspectiva interesante
¿Fue Oscar Arias un buen presidente?
Raúl Alvarado Sibaja.
Como Oscar Arias fue electo presidente ya hace casi 20 años, es muy posible que las personas que en
2005 sean menores de 35 años, no tengan una clara idea de si ése fue un buen o mal gobierno. A lo sumo, algu-
nos de esos jóvenes lo que saben es que le otorgaron el premio Nobel de la paz.
El propósito de este artículo es traer a la memoria pública, una serie de hechos de esa época para anali-
zarlos y compartirlos con los costarricenses más jóvenes, de modo que tengan mejores criterios a la hora de tomar decisiones sobre las próximas elecciones de febrero de 2006.
En la historia de los pueblos ocurren algunos períodos en que se presentan grandes crisis. En esos momentos, suele aparecer una gran figura capaz de resolver esa crisis, permitiéndole al pueblo en cuestión avanzar hacia nuevas etapas de su desarrollo. La historia también nos enseña, que una misma persona, en un mismo período de su vida, puede tener conductas muy contradictorias entre sí, o bien, ser un héroe en un momento y convertirse en un villano en otro.
A manera de ejemplo, y para poner las cosas en perspectiva, vamos a revisar muy rápidamente la gestión de gobierno de dos mandatarios: Gregorio José Ramírez y José Figueres Ferrer.
A muy pocos años de haber recibido su independencia, Costa Rica sufre una seria crisis como resultado de las luchas por el poder. Surge en esas circunstancias la gran figura de Gregorio José Ramírez, quien en pocos días resuelve la situación y luego, en vez de quedarse con el poder, entrega el gobierno a otros y se retira a su casa.
El caso de don José Figueres Ferrer hay que verlo en 3 diferentes momentos:
• El período en que es el jefe militar triunfante en la guerra civil de 1948 y los 18 meses en que preside la
Junta de gobierno.
• Su primer período presidencial democráticamente electo 1954-1958.
• Su segundo período presidencial democráticamente electo 1970-1974.
Las grandes reformas que hizo don Pepe, por las que será recordado siempre, y por las cuales se hizo merecedor del título del “hombre del siglo” en Costa Rica, las hizo en ese período en que fue el jefe de la Junta de gobierno. Es decir, la grave crisis política que vivía Costa Rica a mediados de la década de los cuarenta, hace que surja una gran figura: Don Pepe; quien no solo no destruye las reformas sociales logradas por el Dr. Calderón Guardia junto con el Partido Comunista a inicios de la década de los 40, sino que consolida esas reformas y las aumenta. En estos 18 meses se produce la nacionalización bancaria, la abolición del ejército, la creación del ICE, del INVU, del CNP, el fortalecimiento de la CCSS, etc.
Pero terminada la crisis se termina el gran hombre, su presidencia en 1954-58 fue bastante mediocre y hasta corrupta: ¿Quien no ha oído la famosa respuesta de “me los comí en confites”, cuando se le preguntó por el destino de algunos fondos públicos?
Su tercer período como mandatario, 1970-74 fue todavía peor: Es cuando apoya la entrega de nuestra soberanía a la ALCOA, cuando le ofrece el país como refugio a forajidos internacionales como Vesco, McAlpin y otros cuyos nombres ya no recuerdo. A McAlpin le entregan miles y miles de hectáreas en la zona norte, que se suponía que eran selvas vírgenes, cuando en realidad ya había pueblos y hasta con escuelas. Es en este período, cuando su hijo, el teniente Figueres se ve involucrado en el asesinato de «Chemise».
Para analizar la gestión de gobierno 1986-1990, de Oscar Arias, es conveniente separar las actuaciones en dos escenarios: El escenario internacional, especialmente el centroamericano, y el escenario doméstico, es decir a lo interno de Costa Rica.
EL ESCENARIO INTERNACIONAL
Cuando se inicia la campaña electoral en 1984 no hay exactamente una crisis en Costa Rica, pero sí la hay en Centroamérica, producto del triunfo militar, en 1979, del Frente Sandinista en Nicaragua, y del auge de los grupos guerrilleros en Guatemala y El Salvador. La guerra afecta a toda la región, desde Guatemala hasta Panamá. Aunque el tema de la pacificación de Centroamérica estaba contemplado en el plan de gobierno del candidato Arias, no fue un tema que se tocara fuertemente en su campaña publicitaria. Es hacia el final de la campaña, cuando faltan pocas semanas para el día de las elecciones, que los sondeos de opinión revelan que el tema de la paz en Centroamérica era una gran preocupación del electorado costarricense. Es entonces cuando en la propaganda electoral de Arias se le empieza a dar énfasis al tema de la paz. Los últimos días de la campaña estuvieron fuertemente cargados de propaganda por la paz. Arias resulta electo en febrero de 1986. ¿Quién es la persona que en realidad tuvo la iniciativa de introducir el tema de la pacificación? Lo que siempre se ha rumora -do es que en realidad no es una idea de Oscar Arias, sino de John Biehl, en ese entonces cercano amigo y consejero de Arias.
Cuando Oscar Arias comienza su gestión de gobierno en mayo de 1986, la guerra en Centroamérica está
en su apogeo. Por una parte, los grupos guerrilleros en El Salvador y Guatemala cada vez tomaban más fuerza, y por otra parte los ejércitos de esos países asesinaban despiadadamente a miles y miles de campesinos en sus respectivos países. En el caso de Nicaragua, el gobierno de Reagan decidió no reconocer el triunfo electoral del
Frente Sandinista en 1984, y más bien se dedicó a armar el ejército de la Contra Nicaragüense, como consecuencia de eso el ejército norteamericano era el que en realidad mandaba tanto en Honduras como en Costa Rica. Hay que reconocer que Oscar Arias tuvo el mérito de no doblegarse ante la prepotencia y los insultos del Coronel Oliver North (enviado especial de Reagan para dirigir las actividades militares de la Contra). Es en este contexto que se inician las conversaciones de paz que culminan con los acuerdos de Esquipulas (Guatemala). En esta reunión, todos los presidentes centroamericanos se comprometen a tomar una serie de medidas que conduzcan a la pacificación de Centroamérica.
Cuando los Suecos deciden, en agosto de 1987, otorgarle el Premio Nobel de la Paz al presidente Oscar Arias Sánchez, la guerra en todos los países centroamericanos está que arde. ¿Y entonces?, ¿Cómo es que le otorgan el Premio Nobel de la Paz si no hay paz? Es conveniente explicar este detalle, para poner en claro cuáles son los méritos y cuales no son los méritos de Arias en el proceso de pacificación de Centroamérica.
Cuando a una persona le otorgan el premio Nobel, por ejemplo, en Física, o Química, o Medicina, o Literatura, es porque esa persona ha logrado resultados muy importantes para el desarrollo de su ciencia o arte, generalmente el premio viene muchos años después del trabajo realizado, cuando ya se puede evaluar todo el impacto que tuvieron esos aportes.
Pero resulta que en el caso del Nobel de la paz, el asunto funciona al revés. Este premio no se da para premiar, valga la redundancia, un trabajo ya realizado, sino más bien para impulsar la realización de algún trabajo. Por ejemplo, en plena guerra de Viet Nam, en los años 70, el premio es otorgado a Le Duc To y Henry Kisinger (representantes vietnamita y norteamericano en la mesa de negociaciones), de modo que sus figuras sean resaltadas en el escenario mundial, y de este modo puedan empujar el proceso de finalización de la guerra. En el caso de Viet Nam no fueron las negociaciones las que terminaron la guerra sino el triunfo militar de los vietnamitas sobre las tropas Estadounidenses. Situaciones similares se dieron en el otorgamiento del Nobel de la Paz al argentino Alberto Esquivel y a la guatemalteca Rigoberta Menchú. Recientemente, en octubre de 2005, la comisión Sueca otorga el premio Nobel de la paz a la Comisión Internacional de Energía Atómica y a su presidente Mohamed ElBaradei. El premio se lo otorgan NO porque haya logrado detener la proliferación de armamento nuclear, sino porque se sabe que el año entrante ese va a ser un tema de fuerte discusión en las Naciones Unidas, dadas las acusaciones del gobierno de Bush contra Corea del Norte e Irán.
En el caso de la guerra en Centroamérica, los suecos decidieron elevar la imagen de algún centroamericano para que a su vez éste pueda contribuir a la pacificación de la región. La escogencia de Oscar Arias para convertirlo en Nobel de la paz era obvia, por dos razones: Por su iniciativa en convocar a conversaciones de paz, aún contra los designios guerreristas del gobierno de Reagan, y la segunda y tal vez más importante razón, es porque era el presidente de Costa Rica, país que goza desde hace muchos años de una muy buena imagen internacional, debido a la ausencia de ejército y los logros sociales y económicos de nuestro pueblo. Sobre esto hay algo muy interesante que agregar, el Ministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de Arias, el señor Rodrigo Madrigal Nieto, ha dicho públicamente, en Radio Universidad, que en realidad los Suecos le iban a otorgar el premio Nobel a Costa Rica, precisamente por ser un país sin ejército, pero ciertas influencias fueron movidas para que el premio se lo otorgaran a Arias y no a Costa Rica.
Resumiendo esta parte: A Oscar Arias le dan el Nobel de la Paz NO por haber logrado la paz en Centroamérica; se lo dan para convertirlo en una figura internacional, y que entonces tenga peso para intentar el proceso de pacificación.
Cabe preguntarse ahora: ¿Fue el plan de paz aprobado en Esquipulas lo que realmente acabó con la guerra en Centroamérica?
La guerra continuó por varios años más, todavía en 1990 se dieron cruentas batallas en casi todos los países; militarmente hablando nadie estaba derrotado, ni los guerrilleros de izquierda en El Salvador y Guatemala, ni la Contra de derecha en Nicaragua, ni los ejércitos de ninguno de esos tres países. Pero en ese año sucede un hecho de primerísima importancia a nivel mundial: Se derrumba la Unión Soviética y el bloque de países socialistas de Europa del Este. Para los guerrilleros salvadoreños y guatemaltecos, esto significaba que aunque lograran derrotar a los respectivos ejércitos, tendrían que enfrentar luego la invasión del ejército yanqui, y ahora sin contar con el apoyo material de los países socialistas. Es decir la victoria militar no era posible, solo quedó abierta la vía de la negociación para convertirse en fuerza política. En el caso del gobierno Sandinista la situación fue similar; sin el apoyo en armamentos de la Unión Soviética no era posible derrotar a la Contra, que siempre iba a seguir contando con los suministros del ejército yanqui. Solo quedaba una opción: negociar.
LA POLITICA DOMESTICA.
El período presidencial de Oscar Arias 1986-90, se caracteriza por dos aspectos. El primero era su notable desinterés por los asuntos nacionales, el segundo, casi que como complemento del primero, era que su atención estaba volcada hacia los conflictos en Centroamérica.
Su desatención de los asuntos internos era notable, la queja de la gran mayoría de los costarricenses era que en realidad quien gobernaba al país en sus asuntos cotidianos era su hermano: Rodrigo Arias, quien, más que un ministro de la presidencia, fungía como lo que en otros países se conoce como el cargo de primer ministro, o ministro del interior. ¿Don Oscar? brillaba por su ausencia, se la pasaba viajando por el mundo, dando conferencias, pues le había sido otorgado el premio Nobel.
Como complemento a la labor realizada por don Rodrigo, es justo destacar la labor de la primera dama, doña Margarita Penón, quien, ante la ausencia de su marido, asume un papel protagónico en la mediación y resolución de conflictos. Era doña Margarita la que se reunía con las comunidades, con los campesinos, con los sindicatos, sacando la cara por su, en ese entonces, marido. Fue tan fuerte su papel, que doña Margarita fue adquiriendo una gran popularidad, eso la convirtió en «presidenciable». Las encuestas de popularidad de la época la situaban muy por encima de su marido, y muchos analistas políticos se aventuraban a pronosticar que a través de doña Margarita, Oscar Arias iba a ejercer la presidencia por segunda vez. En esto de las negociaciones con los sectores populares es conveniente resaltar una característica de Oscar Arias que tiene relevancia para un eventual segundo mandato: Su notable intransigencia e incapacidad para negociar.
La administración de los hermanos Arias se mostró en la práctica divorciada con los postulados de la Socialdemocracia y muy cercana a las ideas neoliberales. En esta administración se le entregó a la empresa MILICON, aún a contrapelo de la legislación nacional, el negocio de los teléfonos celulares, se desmejoró notablemente los presupuestos de educación y salud, todo esto en consonancia con los dictados de los PAE (Programa de Ajuste Estructural), ejecutadas dócilmente por lo que el asesor y amigo del presidente, el señor John Biehl, llamaba el «Estado paralelo». El Estado paralelo era un conjunto de agencias internacionales, dirigidas por el gobierno norteamericano, y que «casualmente» había una para cada ministerio: Una en salud, otra en economía, otra en educación, etc. Estas agencias eran las que tenían la plata y las que en realidad decían lo que se hacía en cada sector. Los indicadores de salud y educación sufrieron un notable descenso en ese período, incluso el diputado H. Arce señaló que durante esa administración no se construyó ni un solo colegio en todo el país.
Resumiendo: Hacia el interior del país, la labor de la Administración Arias, fue retrógrada, desteñida y perjudicial.
En el 2005 no hay crisis en Centroamérica ni en Costa Rica
UN POSIBLE SEGUNDO PERIODO
En La Nación del 02 de diciembre de 1999, nada menos que Oscar Arias afirma lo siguiente:
«El único camino (para la reelección), es una reforma constitucional ante la Asamblea Legislativa. La
sala constitucional no tiene nada que ver en esto. Sería burlar a 57 diputados si uno esquiva el debate
en el Parlamento. Sería una actitud antidemocrática tocar puertas del Poder Judicial.»
Sin embargo el asunto no le funcionó por el lado de la Asamblea Legislativa. Entonces intenta por otras
vías lograr su objetivo. Así que se hace un primer intento a través de la Sala Constitucional (la Sala IV) Don Guido Sáenz, en su libro «Piedra Azul», página 361, publicado en 2003, se refiere a al primer intento de reformar la constitución para permitir la reelección presidencial. Cuando el asunto fue conocido por la Sala Constitucional.
«…. el posible regreso de Oscar Arias a la Presidencia. De los siete votantes de la Sala Constitucional, cuatro se
pronunciaron en contra, tres a favor. Lo llamé en cuanto me enteré de la catástrofe.
«Guido, yo estaba ciento por ciento seguro de que me pasaban la reforma. Tenía la promesa de cuatro magistrados. Uno me traicionó».
Me dio su nombre» (subrayado mío)
Antes que nada: Nótese el uso del «me». Cuando se publicó ese libro, y alguien descubrió el párrafo arriba citado, por supuesto que se armó un escándalo. Don Guido ingenuamente estaba poniendo por escrito, lo que se podría constituir en prueba de lo que se conoce como tráfico de influencias, presiones a los magistrados de la Sala Cuarta.
Ante el escándalo armado, y ante las gravísimas consecuencias que eso podría tener, corre Don Guido presuroso a decir que en realidad Oscar Arias no había dicho eso, sino que se trataba de una «licencia literaria», suya, a la hora de escribir el libro. Sin embargo no se conoce de ninguna otra licencia literaria en el libro. ¿Qué piensa Usted?
Lo sucedido después ya es conocido, un grupo de abogados se dedica a buscar la forma de lograr el objetivo, hasta que finalmente Arias logra su propósito: Ser nuevamente candidato.
ALGUNAS PREGUNTAS Y RESPUESTAS
¿Es Oscar Arias un hombre inteligente? Sin duda lo es, pero tampoco es nada extraordinario, posiblemente hay miles de costarricenses más inteligentes que él.
¿Es el mejor preparado? Por supuesto que no. Hay miles de costarricenses que han ido a estudiar al exterior, y muchas veces en condiciones económicas muy precarias, y cuyo aporte intelectual al país ha sido muy superior.
¿Es un hombre «humilde», capaz de comunicarse horizontalmente? Todo parece que no, cuando sale con frases del tipo «las águilas no se mezclan con los caracoles», revela mucho de su personalidad. Recordemos lo dicho anteriormente: durante sugestión de gobierno era su esposa la que dialogaba con los grupos que tenían diferendos con el gobierno.¿Ha notado Usted como en la propaganda que él hace no se menciona al partido político que se supone representa? Siempre se resalta la persona de Oscar Arias, se usan los colores verde y blanco, pero rara vez se menciona al partido Liberación Nacional. Es decir, es una candidatura personalista, no responde a una posición ideológica. Liberación Nacional, el partido que durante décadas orientó al país desde una postura socialdemócrata, está hoy convertido en el felpudo del candidato.
¿Qué tiene Oscar Arias que no tienen los costarricenses? Toneladas de dinero. Ya lo dijo el poeta hace muchísimos años: «Poderoso caballero es Don Dinero». Apoyado en ese montón de dinero es de donde se deriva su enorme poder e influencia en lo que sucede en este país. La familia Sánchez son dueños de innumerables empresas, ingenios azucareros, haciendas cafetaleras, «malls», granjas avícolas, empresas financieras, radioemisoras, etc.
¿Es conveniente reelegir a Oscar Arias? Como individuo es un hombre común y corriente, sin mayores cualidades que las de miles de costarricenses. Sin embargo, el poder de su dinero es realmente preocupante, pues estamos ante la presencia de un capital fuera de toda proporción en el ámbito costarricense, esto ha permitido influir en el nombramiento de magistrados, contralores, diputados, pagar los costos de una convención nacional, saturar los medios de comunicación con una campaña publicitaria que supera la de los otros 13 candidatos juntos. ¿Es conveniente para Costa Rica, también entregarle el poder político a una persona que ya detenta un enorme poder económico e influencia?
¿Se ha dado cuenta Usted, que en nuestras leyes, ya derogado el único artículo de la Constitución Política que hablaba de reelección, actualmente no hay nada que le impida reelegirse presidente una y otra vez?